Fallecimiento del Padre Tomas Álvarez

Esta madrugada del 27 de julio ha fallecido en Burgos, tras unos días de hospitalización, el padre Tomás Álvarez Fernández (Tomás de la Cruz). Había nacido el 17 de mayo de 1923 en Acebedo (León) y era carmelita descalzo desde el 6 de agosto de 1939, día de su primera profesión.

Fue ordenado sacerdote de Cristo el 23 de junio de 1946. Era uno de los mayores especialistas del teresianismo de las últimas décadas. Su vida ha sido muy fecunda, de intenso estudio, de enseñanza y de investigación, pero sobre todo de una vivencia profunda del carisma y de la fraternidad teresiana, como el mejor servicio a la Orden y a la Iglesia.

Es una figura que desborda el ámbito del Carmelo, abierta a los amplios horizontes eclesiales y de la cultura. Su larga e intensa trayectoria han hecho de él un referente obligado para el teresianismo y para los estudiosos de nuestra cultura actual. Su vida cubre un amplio espacio de tiempo y de áreas greográficas: Europa, América y, más concretamente, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, gracias a su participación en congresos y a la traducción de sus escritos en la principales lenguas modernas.

Entre estas traducciones destacan la edición crítica de las obra de Santa Teresa de Jesús al francés y al italiano. Asimismo, la traducción todavía reciente del Diccionario de Santa Teresa, publicado por la editorial Monte Carmelo de Burgos y traducido por Ed. Du Cerf y Edizioni OCD. Esta inmensa labor se ha desarrollado primordialmente en Roma (1948-1978) y en Burgos (1979-2018). Sus estudios en el Angelicum le llevaron a conectar con Karol Wojtila, cuya tesis doctoral sobre san Juan de la Cruz, gracias a él, fue publicada por primera vez en la revista Monte Carmelo de Burgos en 1948.

Pero sus estudios se centraron durante largos años en la Pontificia Facultad de Teología de los Carmelitas de Roma (Teresianum). Ha sido la gran plataforma de su magisterio. Aquí dirigió la Positio del doctorado de Santa Teresa, proclamado por Pablo VI en 1970 y llevó a cabo una lectura teológica del teresianismo a la luz del Concilio Vaticano II, de la que se han nutrido las siguientes generaciones. Otra de sus grandes aportaciones desde el Teresianum de Roma ha sido la restauración y edición crítica de los manuscritos de santa Teresa: Camino de perfección y Castillo interior. Siguió después en Burgos la edición facsimilar del resto der las obras teresianas, con un minucioso aparato histórico y crítico.

En el año del V Centenario del nacimiento de la Santa (2015) publicó el comentario a cada una de sus obras y llevó a cabo una investigación exhaustiva de las cartas y de todos sus manuscritos autógrafos, que se conservan en El Escorial (más de 1.000 páginas). Personalmente he sentido siempre una gran admiración por el padre Tomás.

Ahora, como bibliotecario del Teresianum desde 2011, he tenido el honor de dar a conocer su inmensa labor a los alumnos y a los investigadores. Me ha cabido en suerte ser como el testigo y portavoz de su magisterio en el ámbito de las letras, tan elogiadas por la Madre Teresa, y que él cultivó con tanto esmero y tanto amor. Se lo comentaba pocos días antes de su enfermedad, y me respondía humilde y sabiamente que todo era obra del Señor y de su gran amor a Teresa de Jesús.